7 estaciones: otoño dos
La única manera de empaparse la mitad es convertirse en el doble, así que la oportunidad del otoño de vuelta es la tabla del primer número no primo. Al fin y al cabo los paraguas son unos productores perfectos de micronaciones, y la masa crítica de los países recién sacados del horno es menor de tres. Por eso después de tanto tiempo hablando del agua, una tarde seca significa lo mismo que las películas: por lo menos dos horas de oxígeno sin el hache (dos) añadido. Y el otoño, aunque no lo parezca, es un conducto perfecto para el cine, porque lo pasamos entero convirtiéndonos en nuestros dobles, sí, para mojarnos la mitad.
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